domingo, 7 de abril de 2013

Dificultades de Aprendizaje VI

Tema 6. Deficiencia sensorial auditiva.

La discapacidad auditiva se define como la pérdida de la capacidad auditiva parcial (hipoacusia) o total (cofosis), y puede presentarse de manera unilateral (pérdida auditiva en un solo oído) o bilateral (pérdidas auditivas en ambos oídos). Así pues, una persona con discapacidad auditiva será incapaz o tendrá graves problemas para escuchar. 

Partiendo de que la audición es la vía principal a través de la cual se desarrolla el lenguaje y el habla, debemos tener presente que una discapacidad auditiva bilateral puede implicar a mayores un déficit en el acceso al lenguaje oral. Las pérdidas unilaterales (un solo oído) permiten una audición normal, no presentando necesariamente alteraciones en el lenguaje. La disfunción más significativa que presentan las pérdidas unilaterales es la dificultad para localizar la fuente sonora.

A la hora de hablar de alumnado con discapacidad auditiva podemos clasificarlos en dos grandes grupos:

Hipoacusia: aun padeciendo una pérdida de audición, son capaces de adquirir por vía auditiva el lenguaje oral y utilizar el mismo de manera funcional en su proceso comunicativo, aunque necesitarán en la mayoría de los casos del uso de unas prótesis adecuadas.

Sordera profunda o cofosis: la pérdida auditiva es de tal grado que sus restos auditivos no son aprovechables y se encuentra incapacitado para adquirir la lengua oral por vía auditiva, convirtiéndose la visión en su principal canal de comunicación.

Aunque el término de sordera implica un determinado grado de pérdida auditiva, éste se utiliza tradicionalmente para hacer referencia tanto a la pérdida leve como profunda, generalizando su uso en la designación de cualquier deficiencia auditiva.

Grado de pérdida auditiva

Tomamos como referencia la pérdida auditiva o umbral de nivel de audición (HTL) medida en decibelios (dB). Audición normal se encuentra en el umbral de audición (0-20 dB). La más utilizada es la clasificación según el Bureau Internacional de audiología:

Hipoacusia leve (20-40 dB), moderada (40-70 dB) o severa (70-90 dB): Dificultad en la audición, la voz débil o lejana no es percibida, es necesario elevar la intensidad de la voz para ser escuchado, pero el grado de pérdida no impide adquirir el lenguaje oral. Aunque en los casos más graves se presenta con un retraso en el lenguaje y las alteraciones articulatorias son muy frecuentes. En general el niño o la niña es considerado como poco atento y su detección es importantísima antes y durante la edad escolar.
Hipoacusia profunda o sordera profunda (más de 90 dB.): Sin la rehabilitación apropiada, estos niños no hablarán, sólo percibirán los ruidos muy intensos y será, casi siempre, más por la vía vibrotáctil que por la auditiva. La visión se convierte en su principal canal de comunicación.

Cofosis o anacusia: Pérdida total de la audición. Se puede decir que son pérdidas excepcionales.
Esta clasificación no puede ser valorada por sí sola, hay que tener en cuenta que la calidad de la percepción auditiva del alumnado con sordera depende de la combinación de múltiples aspectos (tipo de pérdida auditiva, grado de pérdida, morfología de la curva, dinámica residual, rendimiento protésico tonal y rendimiento protésico verbal) y no únicamente del grado de pérdida.

Momento de aparición de la discapacidad auditiva:

Sorcedera prelocutiva. La pérdida auditiva está presente al nacer el bebé o aparece con anterioridad a la adquisición del lenguaje (2­3 años de vida) y por tanto el niño o la niña es incapaz de aprender a hablar en el caso de sorderas graves o profundas.

Sordera postlocutiva. La pérdida auditiva aparece con posterioridad a la adquisición del lenguaje (a partir de los tres años), produciéndose de manera progresiva alteraciones fonéticas y prosódicas así como alteraciones de la voz.

Clasificación ontológica:

Esta clasificación se realiza en función del lugar y la localización de la lesión.

Sordera conductiva o de transmisión: La zona alterada o lesionada se encuentra en el oído externo o medio, por lo que está afectada la parte mecánica del oído.
— El grado de la pérdida auditiva es parcial.
— No tiene consecuencias graves para el desarrollo del lenguaje oral.

Sordera neurosensorial o perceptiva: El área dañada se sitúa en el oído interno o en el nervio auditivo.
— La afectación es mayor tanto en la cantidad, como en la calidad de la audición.
— Permanente. Esta situación cambio con la técnica del implante coclear.

Sordera mixta: La patología está tanto en el oído interno y nervio, como en el oído externo y medio.



IMPLANTE COCLEAR

El Implante coclear es un tipo de prótesis que requiere de una intervención quirúrgica para su instalación. Es un dispositivo de alta tecnología, capaz de transformar la señal acústica en energía eléctrica, la cual estimula las terminaciones nerviosas aferentes del nervio coclear y desencadena en el sujeto sensaciones auditivas. El implante coclear intenta sustituir la función de las células ciliadas del órgano de Corti, estimulando directamente mediante impulsos eléctricos las fibras del nervio auditivo.

 
Etiología de la discapacidad auditiva:

Hereditaria 30 – 50%. En el 10 % los padres también son sordos. Es recesiva.

Adquirida por causas de anoxia, infecciones, incompatibilidad de RH. Suele presentarse con otras lesiones o problemas asociados (sordeceguera, déficit cognitivo...).

Factores ambientales:

Pueden influir en el desarrollo del niño con discapacidad auditiva:

● La actitud de los padres
— Negación
— Sobreprotección
— Aprender y utilizar con el hijo el modo de comunicación más enriquecedor.

● Que uno de los progenitores sea sordo: usarán más el lenguaje de signos, comprenderán mejor al hijo.

● Recibir atención psicoeducativa en una intervención temprana.

● Educación adaptada a sus posibilidades

Desarrollo comunicativo y lingüístico:

Diferentes ambientes:

→ Uno de los padres es sordo. El niño adquieren de forma espontanea el lenguaje por signos que se utiliza en el ambiente familiar.

→ Padres oyentes que utilizan el lenguaje oral.

→ Padres oyentes que aprenden un sistema de comunicación signado para comunicarse con su hijo sordo.

Diferencias en la comunicación temprana:

Alternancia. Existe en los niños sordos más dificultades en la alternancia de papeles en la comunicación (vocaliza a la vez que la madre).

Referencia conjunta. Provocar y mantener la atención conjunta mediante vocalizaciones.
— No ha establecido una relación del rostro de la madre con los sonidos y la comunicación. Por ello, el niño sordo disminuye la búsqueda del rostro de la madre, y ésta no puede regular la atención del niño. El adulto se ve frustrado con frecuencia sus intentos de comunicarse y adquiere un estilo comunicativo más controlador.

Adquisición del lenguaje oral:

→ Los padres oyentes pueden optar por la comunicación exclusivamente oral, aunque no es aconsejable.

→ La adquisición temprana del lenguaje de signos ayuda a:
— Mayor desarrollo cognitivo.
— Mayor comprensión lingüística.
— Igual capacidad de lectura e inteligibilidad del habla que los de comunicación exclusivamente oral.
— Limitación conversacional. Sólo puede hablar con aquellos que conozca el lenguaje de signos.

→ Por lo que se recomienda que el enfoque educativo sea bilingüe, oral y por signos:
— Obtiene los beneficios de las dos lenguas.
— Mayor lectura de labios.
— Más facilidad para hacerse entender.

Desarrollo cognitivo:

Distintas tesis:

→ La inteligencia de los sordos no es igual que la de los oyentes
— Es más concreta
— La ausencia de sonido limita el acceso al lenguaje
— Influye en el desarrollo abstracto y reflexivo.

→ Según las teorías de Piaget, la competencia cognitiva es igual en sordos que en oyentes. Los sordos también desarrollan el lenguaje, pero expresado por la modalidad manual.

Juego simbólico:

Identidad. La capacidad de asumir un papel o asignarle un rol a los juguetes y muñecas. Nivel más avanzado en los niños que mejor han adaptado o interiorizado su lenguaje, que se da mejor en niños sordos con padres sordos.

Planificación. El lenguaje tiene gran influencia para anticipación y planificación de situaciones.

Conocimiento informativo:

→ Los sordos tienen dificultades para acceder a la información que transmiten los medios de comunicación.

→ Los que no comprenden el lenguaje de signos tienen más dificultades para reconocer secuencias narrativas de la vida diaria.

→ Los que no aprendieron el lenguaje de signos tienen más dificultades para planificar y controlar su propia conducta, porque a mayor desarrollo del lenguaje, más capacidad de reflexionar.

Procesos cognitivos:

Los sistemas de comunicación:

Cued Speech. Surgió en los años 60 por el Doctor Cornett, para promover la lectura labiofacial mediante señales manuales. Su objetivo es facilitar la comprensión del lenguaje oral.

Enfoque bimodal. Es una comunicación en dos modos; el oral y el manual. Los signos proceden de la lengua de signos, pero la estructura es la de la lengua oral, en la que se establece el orden y la sintaxis. A cada palabra se le adjudican unos signos. Su ventaja educativa es que los oyentes tienen mayor facilidad de aprendizaje por su mayor ajuste al lenguaje oral. Como inconveniente es muy artificial. 



La lengua de signos. El  enfoque bilingüe supone usar las dos lenguas, y puede hacerse en un bilingüismo simultáneo en el que desde el principio usamos los dos medios de comunicación con la persona sorda. Hasta los 6-7 años, la primera etapa sólo lenguaje escrito, y después las dos. Es el sistema que para el niño resulta más estimulante para su capacidad comunicativa y cognitiva, y va a proporcionar un mayor desarrollo lingüístico a la larga: la comprensión de la lengua oral y escrita va a ser más rica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario